Caracterización de los Centros de Actividades Juveniles
Comprometido con el mejoramiento de la enseñanza, con la riqueza de los aprendizajes y con la atención de las posibilidades culturales y sociales de los jóvenes, el Proyecto CAJ asume la necesidad de instalar nuevos debates y emprender cambios institucionales en las escuelas secundarias.
El Proyecto CAJ busca construir un vínculo pedagógico basado en la confianza, en la importancia de la transmisión de la cultura, en la capacidad de construir proyectos significativos por y para los jóvenes.
Los CAJ representan un aporte significativo que la escuela secundaria intenta desarrollar ofreciendo una nueva concepción que incluya las múltiples realidades de los adolescentes y jóvenes. No sólo de los que conviven en las aulas sino de aquéllos que procuramos retomen sus estudios.
La lógica curricular, la distribución de los tiempos y la habilitación de los espacios que habitualmente diseña la escuela, entran en diálogo con las prácticas del CAJ.
Este diálogo supone que se ponen en juego las tensiones que permiten abordar de modo superador el vínculo pedagógico, las miradas de los adultos sobre los jóvenes y las lógicas que sostienen las prácticas educativas.
El CAJ es a la vez un espacio que permite la reinserción institucional a muchos adolescentes y jóvenes, que encuentran la posibilidad de restablecer su vínculo con el acto de aprender y con la construcción de los saberes con otros.
A través del CAJ, la escuela amplía y diversifica el horizonte de actividades y experiencias educativas para los alumnos y otros jóvenes de la comunidad, promueve pertenencia a la institución y genera una oportunidad diferente para la inclusión de los que, por distintos motivos, se han alejado de ella o nunca llegaron a incorporarse.
Aún cuando no puede esperarse que la sola existencia del CAJ produzca los cambios necesarios en lo que acontece en las aulas cotidianamente, es indudable que este nuevo espacio institucional contribuye a instalar temas y climas favorables a las transformaciones que la sociedad y los jóvenes demandan de la escuela secundaria actual.
Propósitos de los CAJ







Destinatarios
De los CAJ participan los alumnos de la escuela donde está ubicado el Centro, los alumnos de otras escuelas cercanas, jóvenes de la comunidad que ya terminaron su escolaridad o que por diversas causas no asisten a la escuela. Los CAJ son en sí mismos un espacio de inclusión, un ámbito de pertenencia, de especial relevancia para aquellos que están fuera del Sistema Educativo.
Funcionamiento de los CAJ
De acuerdo con la experiencia desarrollada, el sábado es el día que resulta más habitual y adecuado para el funcionamiento de los CAJ, abarcando una franja horaria que se define en función de las posibilidades y los hábitos de cada lugar, procurando horarios viables y convocantes para los adolescentes y los jóvenes.
Además de eso, si es posible y necesario -tal como ocurre en muchos casos-, durante la semana, pueden existir propuestas que se desarrollan fuera del horario escolar.
Tanto los sábados como durante la semana, el funcionamiento del Centro supone procedimientos y acuerdos -básicamente entre los adultos involucrados-, que garanticen las condiciones institucionales indispensables en cuanto a espacios, tiempos y recursos.
Los CAJ no cuentan con una estructura fija (por áreas, edades u otros criterios) y tampoco con grupos predefinidos y permanentes. Los agrupamientos derivan de las características de cada propuesta y éstas, a su vez, apelan al interés y la libre elección de los adolescentes y jóvenes.
Pueden coexistir propuestas continuas con eventos puntuales, y los jóvenes y adolescentes pueden participar de una o más actividades, según su interés, dentro de las condiciones que sean necesarias para garantizar el desarrollo de ellas. Por ese motivo, puede ocurrir que algunos jóvenes y adolescentes estén más presentes y formen parte del "grupo estable" del CAJ, mientras que otros sean concurrentes esporádicos y/o se sientan convocados por determinadas propuestas y no otras.
Estos y otros movimientos de personas, de horarios, de pertenencias, son inherentes al funcionamiento del CAJ. Si se garantizan los aspectos organizativos, seguramente enriquecerán el proyecto, las posibilidades de elección y las experiencias de los jóvenes.
No obstante, sugerimos que el Coordinador esté atento a algunas situaciones en las cuales su intervención es clave para producir cambios y aprendizajes. Por ejemplo: ciertos jóvenes eligen siempre determinado tipo de actividades y nunca otras (tal vez porque no se animan, y no porque no quieren); los que no son alumnos de la escuela sólo participan en eventos unitarios y por lo general no participan en propuestas con continuidad (tal vez porque entrar y salir les resulta más fácil que quedarse, y necesitan estímulo y apoyo para lograrlo); etc. Estas y otras situaciones muchas veces responden más a estereotipos o a dificultades de diverso orden que a la "libre elección". El Coordinador puede desempeñar en ellas un rol relevante permitiendo superar de a poco estereotipos y dificultades, y dando lugar, de ese modo, a opciones individuales o colectivas más genuinas. El "buen funcionamiento” del CAJ depende también de este tipo de intervenciones.
Propuestas y actividades de los CAJ
Las actividades que proponen los CAJ se ordenan en torno a la concepción de tiempo libre educativo, y están destinadas a la recreación y el desarrollo personal, social y cultural de los jóvenes, priorizando la conformación de grupos, el aprendizaje y la producción colectiva.
Estas actividades resultan de una serie de procesos. El relevamiento de intereses y necesidades de los jóvenes y adolescentes de la institución ofrece un horizonte de expectativas y demandas a tener en cuenta.
El Coordinador, junto con el Equipo de Gestión, analiza el resultado de este relevamiento, y evalúa las posibilidades que se presentan o que pueden construirse para satisfacerlas.
Pero tan importante como eso, es tener en claro que ese relevamiento no establece un programa de acción ni un compromiso frente a quienes fueron consultados. En este sentido, destacamos que la atención a los intereses y las necesidades de los jóvenes y adolescentes, así como el énfasis en generar condiciones para que ellos participen y sean protagonistas, no implica abandonar el lugar del adulto y la responsabilidad que le cabe al Coordinador en cuanto a proponer actividades que amplíen y enriquezcan lo que ellos quieren y demandan, muchas veces porque es lo que conocen, lo que ya hacen, lo que suponen que los adultos esperan que propongan, y/o lo que más se promueve desde otros ámbitos.
La tarea propositiva por parte del Coordinador se enmarca en un proyecto que atiende los intereses y las necesidades de los jóvenes, considerando que esta atención no significa siempre responder “punto a punto” a sus demandas. Planteamos en cambio la importancia de ofrecerles alternativas que amplíen su horizonte de expectativas y aprendizajes. En este sentido, cuestionar, problematizar y hasta desalentar ciertas demandas desde una perspectiva formativa es, en muchas ocasiones, un aporte importante que puede y debe hacer el Coordinador. Los criterios y las formas según las cuales esto se lleva a cabo harán que la intervención del adulto sea educativamente valiosa (aun cuando no “convenza del todo” a los jóvenes y adolescentes), o que constituya una imposición arbitraria difícil de justificar y de sostener.
En este marco, desde el punto de vista de su contenido, se promueve que los CAJ propongan actividades referidas a ejes o áreas tales como:
- Arte y expresión
- Deporte y recreación
- Ciencia y tecnología
- Cultura
- Producción y realización en medios de comunicación
- Temáticas sociales de actualidad
- Derechos Humanos
- Socio-comunitario
- Salud
- Otras
Las propuestas concretas que se generan y se ofrecen en cada una de dichas áreas o ejes podrán ser de “distinto tipo” o formato, según su organización, su secuencia y periodización, el alcance de su convocatoria y otras variables; a saber:
- Talleres
- Charlas, conferencias, mesas redondas, etc.
- Ciclos
- Actividades “unitarias”
- Propuestas de desarrollo extendido
- Foros de debate
- Mega-eventos
- Encuentros de intercambio (con otros CAJ, otros grupos juveniles u organizaciones)
- Actividades abiertas o con participantes definidos y “conocidos”
- Salidas y visitas